Una tarde de agosto

Vivir cada momento, esa es la clave. Para todo. Para tu vida profesional, para tu desarrollo personal y para tu vida familiar… Entonces resuena en tu cabeza esa frase de “madre-abuela” que cientos de veces te han repetido… ¡Disfrútalos que pasa volando!

Y un día, abriste los ojos y no estaban. Se habían ido volando.

Y al pasar las hojas del aquel álbum, volviste a oír el sonido de ese beso con olor a hierba y sentiste cómo se erizaba tu vello cada vez que sus manitas te buscaban mientras se alimentaba de ti. Y tu corazón bailó, como en aquel improvisado juego de una tarde de agosto.